El local está situado en una casa de principios de siglo XX sobre la calle icónica del distrito del interiorismo en la ciudad. Para que la caja fuera completamente blanca y neutra se pintó incluso el piso de madera. Como sucede en muchísimas casas en Londres, desde la entrada se accede al subsuelo, que tiene el techo muy bajo. De esta manera, el blanco imperante contribuye a volver más amplio y amigable el espacio. Para un producto tan ligado a la moda y la tendencia como son los textiles, era preciso idear un modo flexible de mostrarlos. Por eso se destaca el particular sistema ideado en conjunto entre Estudio y cliente para la exhibición de géneros y papeles. Se trata de módulos en hierro, configurables, que se pueden utilizar en percheros, en paneles (formato que se utiliza en el caso de los papeles decorativos) o en estantes. En contraposición con la casa tan clásica, el equipamiento es contemporáneo. En el fondo, un patio con vegetación tropical permite la entrada de luz natural y aporta frescura a todo el ambiente. A través de una escalera se accede a las plantas superiores, con techos altísimos y vigas de madera que la altura generosa permitió pintar de negro. En cuanto al último piso, se proyecta utilizar sus ambientes para usos múltiples, como muestras y charlas sobre diseño. En toda la casa se conservaron las carpinterías originales. Otra decisión fue dejar al desnudo cañerías y otros elementos que suelen ocultarse, con la intención de generar un efecto estético. La impronta histórica de la marca se refleja en la presencia de algunas piezas antiguas, como carros, prensas y alguna mesa.