casa en dorrego
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casa en dorrego
Barrio Dorrego | Quilmes I 2019
arquitectura: Arq. Jorge Muradas
interiorismo: Estudio Muradas
equipamiento: Acento Muradas
fotografía: Daniela Mac Adden
retoque digital: Silvia Cardozo
textos: Sol Dellepiane

Replantear la orientación del lote tomando como frente uno de los laterales fue la determinación clave en este proyecto. El resultado: una casa con un jardín vertical inmenso y frondoso convertido en el telón de fondo de la vida de una pareja.

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Un lote con forma longitudinal y tres caras libres fue reorientado tomando como frente uno de los laterales. Esta decisión creativa sentó las bases del proyecto. Afortunadamente el código permitió el cambio respecto del planteo obvio y todo el diseño es consecuencia de esta idea madre. El frente y el fondo se explayaron a lo largo; fachada y contrafrente despliegan un aventanamiento idéntico que permite vistas muy amplias. Para el frente se diseñó un gran parasol continuo de aluminio que oficia de fuelle regulando la luz y resguardando la intimidad de la vida interior, pudiéndose abrir de manera independiente según las necesidades de cada ambiente. Mientras que hacia atrás, sin la exposición de la mirada ajena, el tamaño de las aberturas permite disfrutar de una conexión total con el espacio exterior. En el límite posterior del lote se plantó un importante cerco vertical con plantas tropicales. Ya al trasponer la imponente puerta de cuatro hojas de roble macizo, desde todos los puntos de la casa la mirada se desvía hacia este punto focal verde. Como así también hacia la pileta, que acompaña la orientación longitudinal del terreno y que a su función de uso suma un rol estético de vital importancia en el proyecto. 


La planta baja concentra la zona social y el dormitorio principal en suite. Por las características del proyecto, a la escalera se le dio una ubicación central y protagónica; de hecho funciona como una especie de escultura circular en plena recepción. A través de ella se accede a un gran escritorio abierto en la planta alta, que se completa con dos dormitorios en suite para los hijos y nietos de los dueños de casa en sus visitas de fin de semana. Cada habitación posee su terraza privada, con vistas hacia ambos laterales, también guarecidas de las miradas desde la calle y las casas aledañas. 


Una característica de todas las obras del Estudio es la unificación del espacio interior y exterior por medio de una paleta de materiales compartida. En este caso se eligió un mármol Travertino para la totalidad de los pisos, desde la escalera y el solado del piano nobile hasta la cocina, los baños e incluso el revestimiento de la pileta. El efecto es de enorme contundencia y continuidad espacial. Como esta, cada una de las decisiones de diseño tendió a integrar ambientes, a difuminar los límites. 


En distintos puntos estratégicos del interior se invitó a la madera a aportar su calidez y personalidad. En el mismo sentido, la escalera se acompañó con una vasija antigua de Indonesia. La casa se equipó íntegramente a nuevo. En el living un sofá Florence, un par de sillones años 50 y la mesa de roble claro diseño del Estudio conviven con otro sillón de cuero suela y banquetas de Patricia Lascano sobre una alfombra de yute rayada. En dicho ambiente un muro revestido en roble se enfrenta a otro idéntico en el comedor, donde sirve de marco para una escultura en madera negra de Carlos Vignolo. La mesa Eileen con tapa de roble y las sillas con apoyabrazos Chandigarh de Pierre Jeanneret son de Acento y los apliques Ginger, de Iluminación Agüero. 


La planta baja incluye un espacio multiuso, puede ser cochera o sector de parrilla y en todo caso todas las funciones quedan prolijamente guardadas dentro de muebles con puertas. La cocina fue diseñada a medida siguiendo los mismos parámetros que rigen en toda la casa, muebles en roble, mesadas en granito negro absoluto y una isla en Travertino pulido con banquetas negras con hilo de papel de Acento. 


El dormitorio principal replica el recurso del muro revestido en listones de madera, esta vez tauarí. Las lámparas de las mesas de luz son de Serge Mouille; el sillón tapizado en lino y la cómoda curva laqueada en negro con puertas de roble corredizas son diseño del Estudio. La madera vuelve a aparecer en el baño, con mesada de Travertino de Calello con bachas incorporadas y grifería en dorado opaco de Thol. 

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