casa en cuba
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casa en cuba
Fátima I Pilar I Provincia de Buenos Aires I 2020
arquitectura: Arq. Fabian Parra
interiorismo: Arq. Jorge Muradas
fotografía: Daniela Mac Adden
retoque digital: Silvia Cardozo
textos: Sol Dellepiane

Un proyecto de interiorismo para una casa de fin de semana
del Arq. Fabián Parra a la medida de una familia joven y contemporánea. Leer más

La misma libertad creativa que los dueños de este lote en un club de Pilar, al Norte de Buenos Aires, depositaron en Fabián Parra para que proyectara su casa fue la que el arquitecto dio a su par Jorge Muradas al encomendarle el diseño interior. La sintonía entre los profesionales era cosa segura y esta obra es el feliz resultado de esa comunión estética. Destinada a residencia para los fines de semana y vacaciones de un matrimonio y sus tres hijos, la casa se caracteriza por su diseño contemporáneo. Como señas particulares se destacan la fachada austera –con una entrada casi imperceptible–, un patio interno que organiza el espacio y el predominio absoluto e indiscutido de la luz natural en cada uno de los ambientes. Si visualmente predominan la integración con el exterior, la pureza del blanco y la calidez que aporta la madera, fueron precisamente esos los elementos que el Estudio Muradas tomó como ejes del proyecto de interiorismo. La arquitectura invita a la madera en versión clara a través de elementos clave como son la escalera y distintos muros. Asimismo fue el material elegido para muchas de las piezas del mobiliario: bancos, sillones, taburetes, banquetas, en algunos casos en combinación con fibras vegetales también presentes en las alfombras. En armonía con suelos y muros, buena parte del equipamiento se realizó en blanco. Las mesas –tanto la del comedor como las del living– rematan en una tapa de Caesar Stone que se acopla muy bien al Terrazo –granítico hecho in situ que se eligió como piso para toda la casa–. Se buscó que el equipamiento fuera práctico y funcional, que tuviera un mantenimiento sencillo y resultara amigable para recibir. Por eso se hicieron dobles juegos de fundas tanto para los sillones como para la ropa de cama; las hay en blanco y en gris, estas últimas pensadas sobre todo para los meses fríos y para los momentos de mayor desgaste. El mobiliario de los dormitorios también fue íntegramente diseñado por el Estudio. La cama de la suite principal consta de un módulo en madera clara que comprende respaldo y mesas de luz. Lo mismo, todo el equipamiento del playroom de la planta superior, al que se accede de manera independiente desde una escalera exterior invitando a las reuniones de los chicos con sus amigos. A tono con el protagonismo de los juegos y las pantallas, se diseñó un módulo longitudinal en madera y chapa negra, un sofá que acompaña esta disposición y mesas de metal pintadas a horno. Sillones de rattan complementan la puesta. Hay guiños al diseño internacional a través de lámparas (ejemplares Tolomeo y creaciones de Jacobsen) y sillones con firmas célebres (como el CH25 de Hans Wegner que se repite en el estar y en dormitorio principal), entre otros. Para toda la casa se recurrió a cortinas Roller automatizadas de Hunter Douglas. Las alfombras de yute son otro elemento que se reitera de espacio en espacio. En esta casa donde todo era nuevo, los dueños se entusiasmaron con cada propuesta y así se obtuvo una síntesis y depuración difícil de lograr en los proyectos unifamiliares. Como en todas las obras con el sello Muradas, el diseño interior es un continuo en absoluta sintonía con la arquitectura que revela a la estética y al confort como valores esenciales.

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