Como la celda tiene una planta rectangular, casi cuadrada, se optó por ubicar la zona húmeda, dentro de un prisma marcadamente longitudinal, en la misma dirección del cañón corrido, que alberga las funciones de aseo: duchas y bachas.
Esta ubicación estratégica regulariza el solado quedando inscripto en un cuadrado, a partir de este esquema el cuadrado queda conformado por ejes ortogonales, que apoyándose sobre los muros contienen el resto de las funciones, dejando el centro del espacio libre para ubicar una poltrona de relax y un biombo flexible que crea una zona privada, pero sin generar tabiques o divisiones.
Minimalista por antonomasia, el monasterio nos remite a la economía de los materiales, colores y formas, creando una atmósfera donde se respira un aire monacal.
El criterio tomado se debe a un interés por destacar la esencia misma del lugar, “la austeridad”.