Los muros laterales son ciegos mientras que el que limita con la circulación interior contiene un vano central (en planta baja) que lo conecta con dicha circulación, el resto está destinado a las bibliotecas que contienen la colección de las revistas.
El muro-fachada fue calado conformando tres vanos (de igual dimensión) que permiten una franca relación con el exterior tanto visual como funcional; el espacio contiene un entrepiso de hormigón armado que se apoya sobre una serie de columnas (existentes) que no contemplan el mismo ritmo, y que determinan en planta baja tres zonas: una central en doble altura donde se ubicó estratégicamente la escalera y destinado además a la circulación general del público que lo vincula con otro espacio común de la muestra.
Las dos tiras laterales (acotadas por el entrepiso y las columnas) fueron diseñadas para albergar las funciones del café. Una contiene la barra-mesa que recorre el espacio longitudinalmente, la otra contiene un banco (con mesas y sillas) con las mismas características que la barra.
El entrepiso queda conformado por las mismas tiras laterales unidas por la llegada de la escalera formando una U abierta hacia el río; estas tiras contienen funciones diferentes, una fue designada a zona de estar (con sofás y mesas bajas) y la otra dispone de una sucesión de mesas redondas alineadas.
Por último la expansión se armó siguiendo el mismo criterio que en el interior, alineando la mesa con la barra (interior) y el banco exterior también fue alineado con su par (interno).
La caja es neutra, del mismo modo fue tratado el equipamiento dejando librado a un juego de color a los tapizados.